Despuès de tanto Bolivia, lleguè al Cuzco, Peru. Èsta ciudad no es nueva para mì, ya que el año pasado la visitè, pero en èste viaje me plentiè recorrerla de diferente manera, no como turista, sino, como viajero. Una de las visitas que me habìa quedado pendiente era visitar el santuario de Choquequirao(cuna de oro) , de igual importancia que Machu Picchu para los Incas. La idea era llegar a dicho sitio arqueològico por mi cuenta, sin agencias.
Despuès de organizarme con mapas y elementos bàsicos como comida, agua, y todo lo necesario para el camino, emprendì la aventura. No fuì solo, estando en el hostel llega un Canadiense que, cuando viò en la habitaciòn todo el depliegue de mapas y demàs, dijo: I will go with you, if you want? ( irè con tigo, si quieres?).
Asì fuè que con Alex emprendimos viaje, a mi me encantaba la idea de que Alex no hablaba español, de èsta manera yo podrìa practicar mi bàsico ingles las 24 hs.
Nos levantamos a las 4 de la mañana y tomamos una combi desde Cuzco hasta Curahuasi. Ahì nos subimos a otra movilidad hasta Saiwita o Ramal y por ùltimo bajarìamos hasta Cachora en un taxi compartido, muy usual aquì y en Bolivia.
Cachora es un hermoso pueblo incrustado en medio de la montaña donde uno puede apreciar las tìpicas costumbres de la cultura andina y la bondad de su gente. Desde aquì comienza el camino rumbo Choquequirao, nos esperan unos 66 km (ida y vuelta) de pura agallas y perseverancia, ya que cargamos todo lo necesario en nuestras mochilas(15kg c/u) y las pendientes del camino son sumamente pronunciadas.
Partimos a las 9 de la mañana de la plaza principal del pueblo, a medida que hìbamos bajando el valle podìamos apreciar la gente trabajando con arados tirados por bueyes, en increibles laderas de profundas pendiente. Todos nos saludaban con gran carisma, como alegrados de vernos allì.
La primera parte del camino es sumamente fàcil, son unos 10 km en los que unos puede disfrutar en plenitud de la vista que ofrece el lugar. Luego comienza un prufunda bajada hasta el rìo que divide el valle en dos. Arribamos a èste punto cerca de las 4 de la tarde. A lo largo del camino encontamos viviendas, las cuales ofrecen agua y demàs vìveres necesarios para la caminata, todas impulsadas por el turismo que desde hace algunos años empezò a visitar èste centro arqueològico.
Nuestro objetivo del dìa, era llegar hasta el campamento Santa Rosa, situado 2 hs pasando el rìo. Tomamos coraje y encaramos el ùltimo tramo de increible pendiente ascendete, en el cual nos atrapò la noche, la lluvia y el agotamiento. Casi con lo ùltimo de nuestras fuerzas logramos sortear el duro peñasco y llegar a un refugio de caña, donde armamos un càlido campamento que nos abrigaba de la lluvia.
Hasta aquì, 24 km recorridos, un dìa durìsimo...
Al dìa siguiente pudimos observar que estàbamos a 100 metros del refugio Santa Rosa, increible!
Aquì dejarìamos nuestro equipaje para arrancar nuestro segundo dìas màs livianos, ya que el objetivo era subir hasta las ruinas( 8km y 800 mts de desnivel ascendente) y bajar en el mismo dìa. Armamos una sola mochila con lo bàsico para el dìa y partimos como a las 6:30.
La vista del camino es sumamente hermosa, parece un viaje al pasado, uno puede ver pequeñas casas perdidas en el medio de la montaña, que tienen su zona de cultivo, sus vacas, mulas y no mucho màs, eso es todo lo necesario para su existencia. Trabajan todo el dìa y todos los dìas, domingo es solo un nombre que, para nada està asociado al descanso o a la dispersiòn.
Despuès de pagar la entrada($ 37 soles) ingresamos en el mìtico parque arqueològico cerca de las 11 de la mañana. El lugar te recibe con una espaciosa plaza situada en la punta del cerro con una vista ùnica que insta a poner la pava y tomar unos mates y disfrutar la vista.
Recorrimos el lugar por màs de 3 hs y no llegamos a conocer todos los sectores, ya que està compuesto por 12 regiones, algunas bastante alejadas, que formaban parte de la gran ciudad Inca.
Cerca de las 14 hs emprendimos la retirada rumbo al campamento, llegamos a las 18 hs y, despuès de descansar y cargar nuevamente las mochilas, seguimos bajando para pasar nuestra segunda noche a la orilla del rìo. El dìa siguiente serìa durìsimo y querìamos adelantar lo màximo posible.
Como todas las noche el cocinero (quien les escribe) preparò una suculenta cena para reponer las energìas consumidas durante el dìa.
A las 7 de la mañana del dìa siguiente comenzò nuestra caminata, en la cual intentarìamos llegar al pueblo, despuès de recorrer los 22km que nos separan. El regreso fuè realmente agotador, por momentos nos planteabamos hacerlo en 2 dìas pero el orgullo de un Argentino sumado al de un Canadiense sumamente empecinado en llegar, diò como resultado que, al las 18 hs llegamos a la plaza principal del pueblo para terminar con una abrazo de festejo. Habìamos realizado un trekking durìsimo en 3 dias (normalmente se hace en 4 dìas) y sin duda valoramos el esfuerzo y lo aprendido en el camino.
Nuestro retorno al Cuzco fue ese mismo dìa, llegamos a las 22 hs y por supuesto compramos unas cervezas y luego nos dispondrìamos a disfrutar de una cama que parecìa la mejor del mundo. A pesar del cansancio, nuestra sonrisa florecerìa hasta el ùltimo instante en el que nos dormimos.
Como siempre, les dejo fotos de èsta linda aventura...

sembrados en Cachora, inicio del trek...
inicio del descenso....

hotel 5 estrellas ....

Marampata, poblado camino a las ruinas....

Huinipata ...
CHOQUEQUIRAO, plaza central (3200 msnm)
Alex de relajo ...
la puta que vale la pena estar vivo !!!
fin de la aventura ... con festejo, por supuesto!